sábado, 25 de junio de 2011

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Ahora supongo que iré a la nevera, sacaré otra coca-cola, me daré cuenta que nunca me ha gustado la coca-cola, cogeré una ''fanta'' de naranja, me sentaré en el sofá y me pondré a mirar a tu foto. Cogeré el mando de la televisión y cambiaré de cadena mil veces, hasta que halle con la serie perfecta, que no será muy fácil. Miraré el móvil, nada. No habrá rastro de tus mensajes. De repente sonará una musiquita, me emocionaré y veré que es ''orange'' mostrándome una de sus engañosas ofertas, y ese cosquilleo desaparecerá de sopetón de mi barriga. Miraré la tele, como si tratara de engancharme a la serie que pillaré a medio capítulo. Vuelve a sonar la musiquita, otro mensaje. Esta vez será tuyo, y podrá bajo de un sobrecito: ''Mensaje recibido''. Ese cosquilleo que tuve la vez anterior estará ahí, pero esta vez mucho más fuerte. ¿El contenido del mensaje? Un te amo simple, pero a la vez me transmitirá miles de sentimientos, tal y como me esperaba.

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